NUESTRA HISTORIA
Mucha gente me pregunta: ‘’¿Cómo empezaste? ¿Qué te hizo comenzar a trabajar en la conservación de la naturaleza?’’ Nunca sé qué decir. Se siente como si nunca hubiera tenido que empezar. Me atrae la naturaleza desde que era niña y la necesidad de protegerla ha sido algo natural en mi vida.
Comprender el tamaño del problema que como humanos, estamos generando en la naturaleza; comenzó cuando me mudé a Indonesia a los 16 años, mientras aprendía a ser una profesional del buceo. Al pasar días enteros en las aguas que rodean Bali y las islas más pequeñas, comencé a notar que los arrecifes estaban enfermos, debido a la contaminación y la basura existente en los lugares donde se bucea.
De esta manera, me ofrecí como voluntaria en organizaciones de conservación para hacer limpiezas de playas y del mar; pero sentía que solo estábamos tocando la punta del iceberg. Recogiendo la basura no vamos a solucionar este problema. Es por eso que decidí comenzar un enfoque diferente. Educar a los niños locales a través de juegos y presentaciones. La energía y el entusiasmo de los niños me demostró que esta es la forma correcta de generar un cambio.
En mi tiempo libre, solía viajar y explorar la tierra de las islas que rodean Bali. Uno de mis lugares favoritos fue la isla llamada Lombok. Me encantaba visitar este lugar, ya que nunca había muchos turistas, casi ninguno. Solo pueblos pequeños con gente muy amable, excelente comida indonesia y hermosas playas con magníficas oportunidades para bucear.
En una de mis primeras exploraciones, encontré una plataforma para el desembarco de peces llamada Tanjung Luar. Un mercado que cada vez que visitaba temprano en la mañana, veía más tiburones muertos, de lo que jamás hubiera imaginado encontrar en el océano. Este lugar me abrió los ojos e hizo que me diera cuenta del daño que la gente está causando en este lugar y de cómo lo ocultan. Nadie habla de esto, nadie lo ve, a nadie le importa. Este lugar me ayudó a tomar la decisión de dedicar mi vida a la conservación de los océanos.
Después de algunos años de vida en Indonesia, decidí mudarme a Australia y pasar un tiempo en el océano con tiburones más grandes, y así, aprender cómo se comportan; ya que en Indonesia los únicos tiburones grandes que veía eran los de los mercados. Me encantaba vivir en Australia, pero debido a la situación de mi visa, regresé a Asia para estudiar diversos tipos de tiburones en Filipinas y Tailandia. Gracias a algunos de mis contactos dentro de la conservación marina, tuve la oportunidad de unirme a una campaña dirigida por Sea Shepherd, la organización de conservación marina más grande del mundo.
El trabajo que hice con Sea Shepherd fue en Tailandia y Malasia. Nos enfocamos principalmente en proyectos de restauración de arrecifes de coral, turismo de buceo sostenible y gestión pesquera. Aprendí mucho en este período y conocí a muchas personas increíbles que trabajan en el campo de la conservación marina. Siempre estaré agradecida por el tiempo que pasé con esta organización, el equipo y los voluntarios con los que trabajé. Pero llegó un momento en que me di cuenta que ese no era el camino que quería seguir. Que el concepto de ayudar en el campo de la conservación marina era diferente para mi.
En este período de mi vida, comencé a perder la esperanza. Me sentía muy avergonzada de mi propia especie y luchaba contra la depresión. En mis viajes por Japón, estuve documentando las subastas de atún en Tokio, los mercados ilegales con vida silvestre protegida y el pueblo de pescadores de tiburones Kesennuma; fue cuando me di cuenta de que no podía seguir así. Que debía cambiar mi punto de vista acerca de las personas y de la naturaleza. Comenzar a sentir el poder de la naturaleza y no su debilidad.
Este es el momento en el que nace Blue Religion. Donde mi historia se convierte en NUESTRA HISTORIA, historia que se sigue escribiendo hasta el día de hoy. Así decidí comenzar una organización de conservación marina impulsada por el optimismo y crear una plataforma que ofrezca una oportunidad a todos los que quieran ayudar. No más blanco y negro, bueno y malo. No más miedo e ira, solo amor y aprecio por la naturaleza y su poder. No importa si es un estudiante de biología marina, un activista o un pescador dispuesto a escuchar y ayudar a nuestra causa.
De esta forma, he recorrido México, Costa Rica, Polinesia Francesa, Cuba, Bahamas y de regreso a Indonesia. A través de mis viajes, he seguido encontrando personas con ideas afines que han querido unirse y ser voluntarias dentro de la organización. Poco a poco comenzamos a desarrollar los tres pilares del programa de conservación que se centran en la conservación de los tiburones: la educación de los niños y la contaminación.
Después de que el Covid nos obligara a detener la mayoría de nuestros esfuerzos, decidimos mudarnos a México ya que las regulaciones nos permitían trabajar en nuestros programas con bastante libertad. México se convirtió en el hogar de Blue Religion a principios del año 2021. La mayoría de nuestros voluntarios son de aquí y están muy entusiasmados con todos nuestros nuevos proyectos. Logramos incluir a Blue Religion en las listas de algunas universidades para darles a los estudiantes la oportunidad de trabajar con nosotros como parte de su programa de servicio social obligatorio. Trabajamos con pescadores locales y seguimos desarrollando nuestros programas para comenzar lentamente a reemplazar la industria pesquera destructiva con el turismo sostenible.
Mi sueño es hacer crecer este proyecto y lograr un impacto cada vez mayor año con año. Este sueño es posible de lograrse a través de tu ayuda. Unirse a nosotros en nuestras expediciones, convertirse en voluntario o donar a nuestra causa es la forma en que puede ayudarnos a mí y a Blue Religion a crecer y ayudar en la misión de salvar nuestros océanos.
“La naturaleza sobrevivirá de una forma u otra, la única pregunta es si nosotros, como humanos, seguiremos siendo parte de ella. Al proteger nuestros océanos, estamos protegiendo el futuro de nuestra propia especie.”
Lucia Baranova
Fundadora de Blue Religion